De enfermera en Bruselas a impulsar el medio rural: la empresaria que ofrece rutas turísticas en la España vaciada

El reencuentro de Yolanda Vizcaíno con su tierra era algo inevitable. Su pasión y devoción por la jiennense Sierra de Segura (una de las tres comarcas que forman el mayor parque natural de España), y su espíritu inquieto y aventurero la llevaron en 2021 a tomar una decisión que cambió su vida: abandonó su profesión como enfermera en un hospital público de Bruselas, donde estuvo trabajando durante la pandemia, para poner rumbo a su Pontones natal, en Jaén. Es uno de los pueblos más castigados por la despoblación y, lo peor de todo, por el éxodo imparable de los más jóvenes. Llegó con una mochila cargada de sueños que muy pronto se hicieron realidad con el nacimiento de Aventura Hernán Pelea, la primera empresa de turismo activo que se creó en el municipio. “No vendemos rutas turísticas tal y como están concebidas, creamos experiencias que te conectan con la naturaleza, la cultura y el medio rural”, expone la emprendedora de 39 años, que antes ya había creado el blog de viajes que empezó a monetizar hace dos años. Gracias a él, su segunda línea de negocio, organiza viajes a países como Senegal, Tanzania, Marruecos, Egipto, Costa Rica, Vietnam y Bélgica.

En la Sierra de Segura organiza rutas de senderismo o en 4×4 a lugares como los Campos de Hernán Pelea, la mayor altiplanicie de España, conocida como la Siberia andaluza; la aldea de Don Domingo, primer destino turístico Starlight reconocido en España; el nacimiento del río Segura en Pontones o la ruta por las Aldeas Perdidas, un tributo a todas las familias que vieron cómo durante el franquismo se les expropiaban sus propiedades con el argumento de declarar el Coto Nacional de Caza de Cazorla.

Con cinco trabajadores entre fijos y eventuales, su empresa factura 45.000 euros y quiere hacer crecer esa cifra con otros proyectos, como el astroturismo. La tercera pata de su iniciativa empresarial es el festival de música En Tierra de Nadie, que organiza junto con su socia y también emprendedora rural Rocío Lara, y que este verano celebra su cuarta edición.

“La verdad es que todo ha sido un sueño hecho realidad”, reflexiona esta emprendedora, que ite lo arriesgado, y hasta controvertido, que fue en su día dejar una urbe como Bruselas para instalarse en este rincón de la España despoblada y de la Andalucía más profunda. “Lo que más me decían al volver aquí es que estaba loca, que no sabían qué hacía yo en un sitio como este”. Sin embargo, ella no tuvo ninguna duda: “Es verdad que desde fuera parecía una aventura imposible, pero yo estaba convencida de que tenía una oportunidad”.

Esa oportunidad se ha abierto paso. “Tenemos muy claro que nuestro crecimiento debe hacerse de manera sostenible con el entorno en el que vivimos y donde hemos querido volver para frenar la despoblación del medio rural”, comenta la empresaria, que dice atisbar un “momento dulce” para el emprendimiento en zonas rurales como la Sierra de Segura. Tres años le han bastado para cambiar la opinión negativa que tenían muchos de sus paisanos, como lo han refrendado los premios obtenidos, entre ellos el Premio Mundo Rural 2024 de la Fundación Savia y el de Emprendimiento Rural de la Fundación Fulgencio Meseguer y CaixaBank. Como dice el eslogan de su festival, “la revolución rural está en marcha”.