‘Inés’: realismo mágico frente al miedo trágico de Elena Garro
La inquietante novela que la escritora mexicana publicó en 1995, tras años de autocensura por temor a represalias, se edita por primera vez en España: ¿era el monstruoso Javier trasunto de Octavio Paz?

En torno a 1960, años después de su separación de Octavio Paz, la escritora mexicana Elena Garro (Puebla de Zaragoza, 1916-Cuernavaca,1998) acogió en su modesto apartamento en París, en el que vivía con su hija Helenita, a su maltrecho exmarido, tras una pelea del Nobel mexicano con su nueva pareja sentimental, Bona Tibertelli, y otro amante de la artista italiana. La hija no quería recibir a su violento padre, y este se lo reprochó: “Ay, la mexicana rencorosa, Helenita; la española generosa, Elena”. Y un diálogo similar, con los nombres cambiados por Irene y Paula, se puede leer en esta inquietante novela, Inés, cuando las dos aterradas mujeres ven aparecer por la puerta al despiadado Javier, que quiere esconderse una temporada de sus compañeros de juegos depravados.
¿Cuánto de realidad y cuánto de ficción hay en esta narración, quizá la más desgarradora de la autora de Los recuerdos del porvenir? ¿Fue Octavio Paz un monstruo como se describe a Javier en la novela, o solo era una venganza de Garro tras una tormentosa relación? Esas preguntas rondan en la cabeza del lector a medida que avanza la historia de Inés, una joven española de poco más de 20 años, tan religiosa como espabilada, que se traslada desde un convento hasta París para servir en una mansión, donde la esperan horrores fuera de su comprensión.
En una vida de exilio, perseguida y difamada por el Gobierno mexicano, la dificultad para escribir y publicar hizo que Garro modificara con frecuencia textos (relatos, novelas, teatro, ensayos…) que permanecían inéditos durante años. Eso pasó con este cuento que redactó a principios de los sesenta, cuando conoció a la verdadera Inés, para años después, en 1982, convertirlo en una novela, que entregó a la editorial, aunque después pidió que no fuera publicada por miedo a represalias. Daría luz verde, finalmente, en 1995, dados sus problemas económicos. “Yo quería salvar a Inés, pero como no me dejaron, pensé en escribir. De haberlo hecho antes, tal vez me hubieran dado una cuchillada”, declaró en una entrevista en La Jornada tras la publicación de esta novela, alabada por la crítica de forma inmediata. Otras tres décadas después, la obra ha sido finalmente publicada en España por primera vez.
Garro estaba satisfecha con esta narración —la calificó de “una novela fea, muy malvada”—, ya que “llegar más a fondo en la investigación era imposible”. Deja claro así que habla de hechos reales, en los que quizá quiso exorcizar las vejaciones que les infligió Paz —“un perro rabioso”, que hasta “pateó a la Chata [Helenita]”, según escribió en su diario en junio de 1960—.
Representante del realismo mágico mexicano, en Inés, relato entreverado por esa doble dualidad Irene/Helena y Paula/Elena —además de otras reconocibles, como Javier/Octavio o Gina/Bona—, Garro ofrece pasajes de vejaciones, agresiones sexuales y violencia despiadada, a veces explícitos. Pero está permeada de ese realismo mágico en pasajes chocantes que describen a chamanes orquestando ritos ante un círculo de perversos y adinerados expatriados en París: cubanos, argentinos, mexicanos…, o en las alucinaciones de una Inés raptada, drogada y destruida sin piedad… Todo ello en una inquietante narración que hace 65 años, pese a los 30 que tardó en ver la luz, se adelantó a su tiempo con una crítica a la manipulación y la violencia ejercida contra las mujeres y con la búsqueda para ellas de un espacio de libertad.

Inés
Espinas, 2025
222 páginas. 19,95 euros
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad , así podrás añadir otro . Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.