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Cuenta atrás para el desfile de cumpleaños de Trump

El presidente promete actuar con “fuerza muy dura” frente a quienes protesten contra el acto militar

Donald Trump presencia una demostración militar este martes en Fort Bragg, Carolina del Norte.
Miguel Jiménez

Donald Trump acudió el 14 de julio de 2017 en París al desfile de los Campos Elíseos con motivo de la fiesta nacional sa y se encaprichó con tener su propio desfile. Durante su primer mandato, los jefes del Pentágono le disuadieron, pero en el segundo no tiene quien le lleve la contraria y ha decidido regalarse un desfile el día de su cumpleaños, que coincide con el 250º aniversario del Ejército de Estados Unidos. Este sábado, Washington presenciará así su primera parada militar en varias décadas.

El acto llega en un momento en que el presidente ha movilizado fuerzas militares de represión contra las protestas y disturbios de Los Ángeles, lo que ha avivado los incidentes y provocado que se extiendan a otras ciudades. Trump, sin distinguir expresamente entre actos violentos y no violentos, ha amenazado con utilizar una “fuerza muy dura” contra quienes protesten por el desfile.

“Celebramos el Día de la Bandera. Y no es mi cumpleaños, aunque sí es mi cumpleaños, pero no estoy celebrando mi cumpleaños”, se justificó el lunes Trump en la Casa Blanca. “Estoy celebrando el Día de la Bandera. Da la casualidad de que es el mismo día, así que me critican un poco”, añadió.

El Ejército de Estados Unidos se fundó el 14 de junio de 1775, cuando el Congreso Continental autorizó el alistamiento de fusileros para servir a las Colonias Unidas durante un año. La bandera de Estados Unidos, por entonces con 13 barras rojas, 13 blancas y 13 estrellas (por las 13 colonias originales que fundaron el país), se adoptó el 14 de junio de 1777 por resolución del Segundo Congreso Continental. Donald Trump nació el 14 de junio de 1946. Este sábado cumple 79 años.

Más allá de la coincidencia, el desfile también es polémico por su elevado coste en una época de despidos de empleados federales y recortes en sanidad y ayudas alimentarias. Se ha cifrado entre 25 y 45 millones de dólares, cantidad a la que pueden sumarse decenas de millones adicionales para reparar los daños que ocasionará el paso de vehículos pesados por las calles de Washington.

En la frecuente confusión entre lo público y lo privado en que vive Estados Unidos durante el segundo mandato de Trump, el presidente le restó importancia al gasto: “Gran parte de ese dinero lo pago yo y las personas que hacen donaciones”, aseguró.

Tanques que participarán en el desfile, este lunes en Jessup (Maryland).

En realidad, la polémica sobre la propia necesidad del desfile, sobre la fecha y sobre el coste se ha visto superada por cuestiones de más peso. El acto militar llega después de que Trump haya dado un nuevo paso en su deriva autoritaria con la movilización de tropas de la Guardia Nacional y de los marines para reprimir las protestas de Los Ángeles contra los agentes migratorios. La intervención de Trump ha exacerbado los ánimos, ha avivado los disturbios y contagiado las movilizaciones a otras grandes ciudades.

“El secretario de Defensa está desplegando [tropas] ilegalmente en las calles estadounidenses para que Trump pueda tener un tema de que hablar en su desfile de este fin de semana. Es un abuso de poder flagrante”, señaló este martes el gobernador de California, Gavin Newsom.

Coincidiendo con la celebración del desfile, el grupo No Kings (No a los reyes) ha organizado este sábado manifestaciones de protesta contra Trump por todo el país. Trump ha amenazado con reprimirlas sin distinguir siquiera entre actos violentos y el ejercicio de la libertad de expresión. “Aquellas personas que quieran protestar se encontrarán con una fuerza muy grande. Y ni siquiera he oído hablar de ninguna protesta, pero ya saben, se trata de gente que odia nuestro país, y se encontrarán con una fuerza muy dura”, dijo este martes en la Casa Blanca.

Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos se han mantenido tradicionalmente al margen de la política, pero Trump no respeta ese carácter apartidista. Este mismo martes dio una especie de mitin en el cuartel de Fort Bragg (Carolina del Norte), defendiendo sus propuestas programáticas y su agenda legislativa y atacando a sus rivales políticos entre los vítores de los soldados y otros invitados.

Donald Trump, este martes en Fort Bragg (Carolina del Norte).

Preparativos en marcha

Mientras, Washington se prepara para acoger el desfile. Ya hay vallas en toda la zona del recorrido, se ha montado una tribuna y hay tanques y vehículos pesados en algunos parques cercanos al recorrido. El desfile militar, a las 18:30 horas del sábado, se celebra justo una semana después del desfile del Orgullo Mundial LGTBIQ+.

Se espera que acudan a presenciar el acto hasta 200.000 personas. Las entradas son gratuitas, pero es necesario reservarlas con antelación para acudir. Habrá estrictos controles de seguridad en la entrada al área reservada. El desfile ha sido designado como Evento Nacional de Seguridad Especial, similar a una toma de posesión presidencial o un funeral de Estado. Ese estatus se reserva para eventos que atraen a grandes multitudes y pueden dar lugar a protestas masivas.

Los planes para el desfile prevén la participación de unos 6.600 soldados, 150 vehículos y 50 helicópteros, que seguirán una ruta desde cerca del Pentágono, en Arlington (Virginia), hasta el National Mall. La calle del desfile será un tramo cercano a la Casa Blanca de Constitution Avenue, donde se celebra el habitual desfile civil del 4 de julio.

Los militares desfilarán con uniformes que representan todos los conflictos bélicos de Estados Unidos desde la Guerra de Independencia, que comenzó en 1775. Los grupos contarán con 60 soldados vestidos con trajes de época por cada guerra, seguidos por 400 soldados de la misma unidad con sus uniformes de combate habituales. Por ejemplo, la Guerra Civil estará representada por la 4.ª División de Infantería del Ejército, con base en Fort Carson (Colorado), con 60 soldados vestidos con trajes históricos y 400 con los uniformes actuales.

En el desfile participarán 28 carros de combate M1 Abrams, que pesan más de 60 toneladas cada uno; 28 vehículos de combate Bradley con orugas; 28 vehículos blindados Stryker con ruedas, cuatro obuses autopropulsados M-109 Paladin con orugas y otra artillería remolcada. Se dirigirán hacia la zona de la Casa Blanca, pasando por encima de gruesas placas metálicas que protegen las calles en algunos puntos del desfile donde los vehículos realizan giros bruscos.

Blindados Strykers, estacionados este martes en el parque West Potomac, en Washington.

Más de 50 helicópteros y aviones que representan diferentes guerras sobrevolarán la ciudad, haciendo juego con las unidades en tierra al pasar junto al presidente. Por ejemplo, cuando las unidades que desfilan con uniformes de la II Guerra Mundial pasen junto a Trump, se espera que un caza P-51 Mustang y un bombardero B-25 Mitchell sobrevuelen la zona.

A medida que pasen las unidades que representan conflictos más recientes, aparecerán en el cielo helicópteros H-1 Huey, AH-1 Cobra, AH-64 Apache y CH-47 Chinook del Ejército. Los helicópteros despegarán de la base aérea de Andrews. Es probable que el espacio aéreo de Washington se cierre temporalmente al tráfico aéreo mientras se celebra el desfile aéreo.

Al final del desfile, el equipo de paracaidistas Golden Knights del Ejército saltará sobre la Casa Blanca y aterrizará cerca de Trump para entregarle una bandera doblada. Además, 250 nuevos reclutas o del servicio que se reenganchan prestarán juramento al Ejército ante Trump.

El festival se extenderá durante todo el día con conciertos, competiciones y exposiciones por el National Mall. Se cerrará con fuegos artificiales. No está claro si a Trump le cantarán Cumpleaños feliz.

Trump arenga a las tropas este martes en Fort Bragg.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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