El aumento de casos de tos ferina causa la muerte de 10 niños en Perú
Las principales víctimas de la enfermedad son menores de cinco años. La OPS alerta sobre el brote más grave desde 2013


En la provincia del Datem del Marañón, en la selva de Loreto, las madres cargan a sus bebés con tos y los mecen para calmarlos. Piensan que es solo un resfrío, pero no lo es. Se trata de la tos ferina, una enfermedad que ha matado a 10 niños en Perú en este 2025 (nueve fallecieron en Loreto y uno en Lima). También conocida como tos convulsa, es provocada por la bacteria Bordetella pertussis y puede resultar mortal, sobre todo en menores de cinco años.
La Organización Panamericana de Salud (OPS) detalla que, entre siete y 10 días después de la infección, los enfermos presentan síntomas como fiebre leve, secreción nasal y tos. Con el tiempo, esa tos se convierte gradualmente en tos seca y, posteriormente, en tos ferina. En ocasiones, incluso, la enfermedad puede agravarse con neumonía. Este año, Perú ha presentado un aumento significativo de casos. Según las cifras oficiales más recientes, desde enero hasta el 3 de junio, el Ministerio de Salud registró 908 casos. Una alerta respecto al año pasado si se toma en cuenta que en el 2024 se documentaron 251 casos.
La OPS emitió un informe de alerta epidemiológica frente al aumento de la tos ferina en América (1-634 casos en Brasil, 318 casos en Colombia, 593 casos en Ecuador, 1.062 casos en Estados Unidos, 978 casos en México y 37 casos en Paraguay). En el informe, se indica que el total de los casos de 2025 en el Perú es el más alto reportado desde 2013 y que las principales regiones afectadas son Loreto, Lima, Callao, Cajamarca y Cusco. Los niños entre uno y cuatro años han sido los más afectados (31,9%), seguidos por el grupo de bebés menores de un año (23,3%) y niños entre cinco y 11 años (21,8%).
Esta tragedia que ha cobrado la vida de 10 pequeños pudo haberse evitado. Todas las víctimas tienen un factor en común: no estaban vacunadas. Como recoge la columna de Fabiola Torres, directora del medio especializado Salud con Lupa, la desconfianza por las vacunas aumentó en Perú a raíz de la pandemia. “¿Qué pasó? Podemos ensayar varias respuestas. Una de ellas es el hartazgo. Para muchas personas, el mensaje de ‘vacúnate, cuídate, protégete’ se volvió un ruido molesto, un recordatorio del encierro, del miedo, del control”, señala.
Según el Ministerio de Salud, todos los bebés y niños deben aplicarse tres dosis de la vacuna DPT (para prevenir la difteria, tétanos, tos ferina) a los dos, cuatro y seis meses. Posterior a ello, deben colocarse dos refuerzos: al año y medio y a los cuatro años, mientras que las gestantes deben aplicarse la vacuna Tdap (que protege contra el tétano, difteria y tos ferina) a las 20 y 36 semanas de embarazo. Sin embargo, la OPS evidencia que en Perú hay una disminución de la aplicación de la vacuna desde el año 2024. Pese a la situación, el Ministerio de Salud sostiene que la tos ferina en el Perú se trata de una situación esporádica y focalizada en algunas zonas del país.
Mientras la cartera que tiene la misión de proteger la salud de los peruanos intenta aminorar la preocupación de la ciudadanía, desde Iquitos, la capital de Loreto, el médico infectólogo Juan Carlos Celis lanza una advertencia: el principal problema es que no existe una planificación real del Estado para impulsar la vacunación en las zonas alejadas de la Amazonía. “No es que las vacunas estén a la mano, hay que hacer planes. Lo mismo que dicen ahora lo decían en 2022 y 2023, y están haciendo trabajos reactivos”, explicó. El otro costado del problema, indica, es que el discurso antivacunas ha calado en la población porque no se le ha hecho frente a la desinformación.
Celis ha utilizado sus plataformas personales para concientizar sobre el sufrimiento de los menores a causa de la tos ferina, compartiendo el video de un menor enfermo. “Imaginen a ese niño tosiendo todo el día en una comunidad nativa de la Amazonía. Alejado de atención médica para asistirle (...) Por eso, había que vacunar haciendo un esfuerzo descomunal hace más de un año”, cuestionó.
La preocupación del experto calza con la información brindada por la OPS: existe un descenso de la vacunación contra la tos ferina desde la pandemia de la covid-19, lo que ha llevado a la autoridad en salud a pedirle a los países que refuercen sus sistemas de vigilancia epidemiológica y mantengan un monitoreo continuo que permita cerrar brechas de inmunización. Esta no es la primera vez en el mundo que la tos ferina tiene un brote considerable. Entre 2010 y 2019 se presentaron 170.000 casos anuales en promedio en el mundo, pero en 2021, en medio de las restricciones de movimiento y el uso de mascarillas por la covid-19, la cifra bajó a 29.623 casos. La mejora, claramente, no fue sostenible. Mientras las toses de los niños resuenan con más intensidad, se han dispuesto brigadas para llegar a las zonas más alejadas.
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