Estados Unidos retira a la DEA de Nicaragua por “falta de cooperación” del régimen de Ortega y Murillo
Washington acusa al Gobierno sandinista de ocultar información clave sobre el narcotráfico


La istración de Control de Drogas, conocida por su siglas en inglés como DEA, se retirará de Nicaragua en 2025. Así lo ha anunciado Estados Unidos en un informe titulado Estrategia Internacional de Control de Narcóticos, difundido por el Departamento de Estado. La agencia alega “falta de cooperación” del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en el combate contra el narcotráfico, que encuentra en el país una ubicación estratégica en Centroamérica para el trasiego de estupefacientes.
“Las violaciones de los derechos humanos y la corrupción rampante en Nicaragua han llevado a Estados Unidos, la Unión Europea y otros países a imponer sanciones económicas y suspender la asistencia en materia de seguridad. Como resultado, Nicaragua se ha vuelto menos cooperativa en la lucha contra el tráfico de drogas y a menudo ignora las solicitudes de información rutinarias”, argumenta Washington. “Estados Unidos pondrá fin a las operaciones de la istración para el Control de Drogas (DEA) en Nicaragua en 2025, en parte debido a la falta de cooperación de las agencias nicaragüenses”.
Estados Unidos insiste en que “la insuficiencia de recursos de seguridad para las operaciones terrestres y marítimas dificulta gravemente la capacidad de Nicaragua para interceptar drogas”. “La reducción de la asistencia en materia de seguridad debido al creciente aislamiento internacional ha debilitado aún más la capacidad de Nicaragua”, remarcan.
El anuncio del retiro de la DEA significa un traspié significativo para la Policía Nacional y el Ejército Sandinista –fuerzas armadas obedientes a la pareja copresidencial–, ya que desmonta uno de los principales eslóganes de supuesto “éxito” que el Gobierno sandinista intenta vender a los países extranjeros, en especial a Washington: “La estrategia de muro de contención” contra el narco.
Con esa baza, los Ortega-Murillo llevan años tratando de convencer a Estados Unidos de su importancia en la región para detener el flujo de estupefacientes hacia el norte. Se trataba de una de las pocas sintonías firmes que quedaban entre Managua y Washington, ya que mantienen una tensa relación bilateral debido a la deriva dictatorial de los copresidentes. Pero con el retiro de la DEA no solo se quiebra eso, sino que Estados Unidos pone en duda la efectividad y el compromiso nicaragüense para contener el narcotráfico.
“Nicaragua afirma que su ‘estrategia de muro de contención’, que consiste en patrullas terrestres, aéreas y marítimas desde bases situadas en pasos fronterizos y rutas de tránsito clave, disuade a los traficantes de drogas, pero la falta de datos fiables dificulta su evaluación. En enero, las autoridades rusas incautaron una tonelada métrica de cocaína en un envío procedente de Nicaragua, lo que pone en duda la eficacia de la estrategia”, expone el informe. “No hay información pública sobre la fabricación, producción, transbordo o tráfico de drogas sintéticas o sustancias psicoactivas”.
“La supuesta estrategia del Ejército de Nicaragua como ‘muro de contención’ contra el narcotráfico y el crimen organizado transnacional ha sido, más que una realidad, un mito”, plantea una experta en seguridad consultada por EL PAÍS bajo condición de anonimato. “Esa idea sólo tiene sentido dentro de una estrategia regional de cooperación, que incluye a los países centroamericanos y del Caribe, y que depende de una relación activa y cercana con Estados Unidos, el principal actor en estas operaciones”. Algo que queda anulado con la salida de la DEA de Nicaragua.
Incautaciones que no convencen
Desde hace un par de años, investigaciones de medios independientes han puesto en duda las incautaciones de drogas que realizan la policía y el Ejército sandinista. Por ejemplo, en 2023, Divergentes publicó un reportaje con análisis de datos que expone cómo el régimen Ortega-Murillo ocultó el rastro del dinero y la droga incautada durante un quinquenio.
“La Policía Nacional incautó cerca de 60 millones de dólares a narcotraficantes, pero decomisó una cantidad ínfima de droga en comparación con el resto de países de Centroamérica. El movimiento se registra en las rutas habituales del narco a través de Nicaragua, sin arrestar a ningún capo. En contra de lo que la ley establece, las autoridades no dan información sobre el destino del dinero ni sobre la droga decomisada en los operativos”, reveló ese medio de comunicación.
En ese sentido, el informe que anuncia el retiro de la DEA se queja porque Nicaragua “se ha mostrado reacia a compartir información sobre las incautaciones de drogas y dinero en efectivo”. “Los medios de comunicación locales informan de que, en los primeros nueve meses de 2024, Nicaragua incautó 1,29 toneladas de cocaína, lo que supone un ligero descenso con respecto a las 1,43 incautadas en el mismo periodo de 2023. Las incautaciones de dinero en efectivo aumentaron de 1,5 millones de dólares en 2023 a 2,1 millones en 2024. La policía llevó a cabo la mayor incautación de dinero en efectivo en 2024, 1,5 millones de dólares en la costa sur del Caribe. Sin embargo, al igual que en los últimos años, la policía no informó de ninguna detención”.
Estados Unidos también critica el papel que Rusia juega en Nicaragua en el combate al narco. En ese sentido, el experto en seguridad asegura que esa colaboración no tiene el mismo peso de la DEA. “Centroamérica no es relevante ni para Rusia ni para los cárteles que operan con sus redes. Los grandes cargamentos de droga y otras operaciones vinculadas a Rusia están concentrados en otros países de América Latina, no en esta región. Por eso, esa cooperación no puede tener un efecto real ni positivo en la lucha contra el narcotráfico en Nicaragua”, dice.
Estados Unidos, además, resaltó que “la ubicación estratégica de Nicaragua y la laxitud en la aplicación de la ley atraen a organizaciones transnacionales de tráfico de drogas y otras entidades malignas”. “Estas entidades se aprovechan de las tensas relaciones diplomáticas de Nicaragua con Estados Unidos y de su entorno normativo y político permisivo. La corrupción generalizada y la infraestructura de seguridad inadecuada convierten a Nicaragua en un punto de tránsito crítico para los narcóticos y los migrantes irregulares con destino a Estados Unidos. Las operaciones de contrabando de drogas utilizan principalmente rutas terrestres a lo largo de la costa del Pacífico y rutas marítimas en el mar Caribe, y la mayoría de los narcóticos proceden de Colombia”, sostienen.
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